Reevo

Aprendizaje liberado
Educación es, hoy día, eso que el Mercado y el Orden mundial, comercializa, distribuye, moderniza, estandariza e imputa sobre las funciones biológicas de trasmisión de saberes que los humanos sentimos como especie capaz de cultura, eso que el educativismo proyecta sobre la necesidad de amor y crianza. Entender la educación como necesidad (analogía del necesario proceso para la construcción de nuestra identidad, nuestro ser o nuestra vida) es una confusión alentada por el interés de la sociedad patriarcal de controlar, modelar y monopolizar el mosaico de la expresión de la cultura humana. Por eso combatir la educación es combatir el patriarcado.
En el mejor de los escenarios la educación es una herramienta de reproducción cultual o de intento de adaptación a la vida de hoy día, basada en la competencia, la espoliación de la naturaleza, la sumisión por raza, género o ingreso económico. No existe una educación para vivir fuera del sistema ¿o si? Incluso pensar la educación para la libertad es simplemente un oxímoron.
“Más aún, esta manera de vivir en el continuo juego de la competencia y la demanda de estabilidad hace a la educación un instrumento de crianza de niños patriarcales que vivirán en contradicción emocional al vivir tanto en la continua negación de la democracia como una manera de coexistencia humana, como en la permanente añoranza por la recuperación de sus fundamentos matrízticos.” Humberto Maturana- pág 48 de Amor y juego

Respecto a las alternativas en referencia a la educación de los niños deberíamos poder salir del estamento patriarcal que nos mantiene en la creencia de que el educativismo (la moderna manera de domesticación con las que se intenta redimir el animal humano) es la única manera como proceso de aprendizaje de" valores humamos". No me refiero a los valores de mercado, sino a los que hicieron y hacen posible lo social, como la empatía, el amor, la cooperación, el comportamiento prosocial de nuestra biología que se sostienen en los aprendizajes sociocognitivos. “Las conductas que forman el dominio de acciones que en la vida cotidiana connotamos cuando hablamos de amor, son las que constituyen al otro como un legítimo otro en la convivencia y como tales fundan lo social” (Maturana:1968).
En mi opinión, existe algo que se puede oponer con tanta fuerza al patriarcado como para iniciar una deconstrucción.
Solo cuando damos a los niños el espacio, el contexto natural -fuera de los espacios que pretenden validar el aprendizaje con experiencias educativas o lo encierran en ghetos, escuelitas, casitas, granjas u otros espacios educativistas- Dejándoles el tiempo libre y el espacio para crear su propio aprendizaje y su propia experiencia, su propio compartir, preocupándonos de su calidad de vida dándoles un entorno natural y libertad de expresión - y no en inculcarles, controlarlos, reprimirlos, etc-, entonces y sólo entonces, veremos a los niños (a los humanos) como realmente ellos son. Por algo estoy a favor de la crianza matríztica como primer espacio de aprendizaje liberado, de volver a recuperar el tiempo y el espacio de crianza. Porque solo el amor de la crianza, el amor de la madre, la entrega y la disposición que pueden llegar a establecerse en el vínculo madre e hijo, pueden tener la fuerza suficiente para deconstruir el contexto del patriarcado y restaurar la situación original del ser humano y de su aprendizaje en la crianza y el amor." David Castro

Amor y juego , Humberto Maturana
Repensar la Educación. David Castro
http://davidcastro.com.ar

¿Si cambiaramos ya (sin excusas) en diez años nuestro entorno social -y quizá "el mundo"- serán otros?